21 Mar 2018

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Autor: Hermann Heinrich
21 mar 2018

Breve historia sobre el uso de pieles

Es el material más controvertido en la moda: la piel. Mientras que algunos ven el uso de pieles como la encarnación de la crueldad, otros la consideran el material más elegante del mundo. Pero lo cierto es que la piel siempre ha desempeñado un papel importante en la historia humana. Fue el primer material que proporcionó a los humanos calor y protección contra la dureza de la naturaleza, y en el antiguo Egipto, era un símbolo de estatus y riqueza. De hecho, los reyes y reinas europeos aprobaron leyes para reservar el derecho a usar pieles preciosas para la nobleza, por lo que las pieles acabaron convirtiéndose en un símbolo de estatus más que en un medio de protección. Y con el auge de las estrellas de Hollywood y las mujeres objeto a principios del siglo XX, el uso de pieles se convirtió finalmente en un símbolo de extravagancia y riqueza.

Esto no comenzó a cambiar hasta la década de los 70, cuando empezaron a aumentar las protestas contra el abuso de animales y la crueldad en la producción de pieles. Estas protestas alcanzaron su punto álgido cuando en las 90 conocidas modelos como Naomi Campbell posaron desnudas para la revista de PETA con el lema: «Prefiero ir desnuda antes que usar pieles». Desgraciadamente, parece que Naomi Campbell y otras estrellas no tardaron en olvidarse de esto, ya que pronto volvieron a usar y posar con pieles. En general, parece que el mundo se olvidó de la existencia de las pieles desde finales de los 90, lo que mermó los movimientos de protesta y le dio tiempo a la industria peletera para recuperarse del golpe que había sufrido anteriormente. En 2010, se pudo observar un renacimiento de la piel en la moda, y en 2015, protagonizó más del 70% de los desfiles de moda en Milán, Nueva York y Londres.

La crueldad de la industria peletera

Los mercados emergentes como China y Rusia han visto un destacado crecimiento de la industria peletera. Mientras que en el pasado la piel era principalmente provista por los cazadores, la sociedad moderna ha desarrollado una forma más perversa de obtener las preciadas pieles de animales: ya no se caza a éstos o se les atrapa en la naturaleza, sino que se les mantiene en cautividad y nacen en jaulas.

La piel del visón chino domina el mercado en este momento. Un informe de National Geography señala las terribles condiciones de esta industria. Las granjas chinas suelen ser pequeñas empresas familiares con casi ninguna o ninguna reglamentación, donde a menudo se mantiene a los animales en jaulas pequeñas y sucias expuestas a condiciones climáticas adversas, como frío y calor, se les maltrata y sufren altas tasas de mortalidad infantil. Esto los lleva a tener comportamientos anormales, que incluyen desde miedo extremo hasta falta de reacción y automutilación. Los agricultores informan también sobre casos de infanticidio y dificultad para reproducirse, que son otros signos de un pobre bienestar.

Además de los visones, también hay muchos otros animales salvajes que no están acostumbrados a vivir en jaulas pequeñas y que desarrollan comportamientos extremos como el canibalismo.

Las protestas siguen creciendo

Las organizaciones de derechos de los animales están intentando ahora más que nunca acabar con la producción de pieles, pero lo cierto es que la gente ha vestido pieles durante miles de años y lo seguirán haciendo durante mucho más tiempo, a menos que los consumidores presionen a las marcas de moda y a los políticos para poner fin a esta sangrienta industria.

Con este objetivo en mente, la resistencia de organizaciones como PETA, WWF o Greenpeace vuelve a estar en lo más alto, acaparando nuevos canales como Instagram, Twitter y Facebook para concienciar de la indescriptible ferocidad de la industria peletera. Afortunadamente estas protestas no son en vano. En agosto de 2017, Vogue Paris publicó un artículo destacando los beneficios de la piel sintética, y Gucci anunció que dejaría de usar pieles en sus diseños y colecciones. El debate está servido y tanto las organizaciones defensoras de los derechos de los animales como la industria peletera siguen intentando ganarlo.

La piel sintética como «nueva» alternativa

Con un poco de suerte, pronto diremos adiós a la piel real. Las técnicas y los materiales modernos facilitan la producción de pieles falsas, principalmente conocidas como pieles sintéticas, difíciles de distinguir de su equivalente real. No obstante, la piel sintética no es tan perfecta como parece por varias razones. En primer lugar, la producción de piel sintética produce una gran cantidad de residuos y se necesitan una gran cantidad de productos químicos para ofrecer una buena calidad, lo que provoca la contaminación del medio ambiente. Hay quienes argumentan incluso que el pelaje real es el producto más sostenible, ya que los animales son un «recurso sostenible», mientras que el plástico no es biodegradable. Además, PETA descubrió que las pieles sintéticas también pueden contener partes de pelo real. Por ejemplo, los productos provenientes de China tienden a contener partes de piel de mapaches, porque mantenerlos y matarlos resulta más barato que producir pieles sintéticas. Uno puede preguntarse por qué el pelaje se ve como un artículo de lujo si su equivalente sintético es aún más costoso de fabricar. Pues bien, en general, las pieles sintéticas pueden ser también una importante herramienta para los diseñadores que no van a desechar el elegante elemento de la piel en sus diseños.

La supremacía humana como eje del debate

Un argumento muy común utilizado a menudo por los partidarios de la piel es que su producción no es diferente de otras formas de cría masiva donde los animales son finalmente asesinados para satisfacer las necesidades de la humanidad. Esto es incorrecto por dos razones. En primer lugar, mientras que la carne y otros productos ganaderos siguen siendo un factor importante para la supervivencia de muchas personas en todo el mundo, la vivienda y la vestimenta modernas brindan posibilidades más que suficientes sin un gran pelaje de hasta 20 animales o más. En segundo lugar, la mayoría de las organizaciones que luchan contra el uso de pieles también desenmascaran las circunstancias de la cría en masa. PETA, WWF, Greenpeace y sus similares han mostrado en más de una ocasión que estas circunstancias y prácticas tan despreciables son muy comunes en la industria. Muchas personas, especialmente en el mundo industrializado, se están dando cuenta del sufrimiento al que se ven sometidos los animales para proporcionarnos productos básicos. Es por esto por lo que cada vez más personas deciden comprar productos provenientes de fuentes sostenibles y biológicas. Sin embargo, parece que aún hoy en día, muchas personas piensan que están en su derecho como especies superiores de sacrificar animales. La tragedia de todo esto es que la gente a menudo no diferencia entre la producción de alimentos, una necesidad básica de supervivencia humana, y elementos de estilo.

El lado positivo

Después de todo, la producción de pieles puede tener un efecto secundario positivo e impulsar el debate para darles a los animales la oportunidad de llevar una vida más digna. De momento, parece que este es el objetivo más prometedor. Aunque algunos países dentro de la Unión Europea ya han prohibido la cría de animales para la producción de pieles, la mayoría todavía tiene regulaciones poco estrictas sobre estas industrias. También a nivel europeo hay poca regulación, e incluso en otras partes del mundo como China y Rusia, las cosas son aún peores.

Por lo tanto, parece lógico que un primer paso sea luchar por conseguir mejores condiciones (y más humanas) para los animales.

Traducido por Laura Antolín Peiró

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